lunes, 4 de febrero de 2013

¿Tienes aura?

Bless reflector Jacket. Vía AnOther.

Tener una piel luminosa, radiante y con aspecto descansado se ha convertido en el nuevo objetivo de las consumidores y los cosméticos. El aspecto translúcido y radiante de la piel es fruto de la reflexión de la luz sobre ésta y depende mucho de los tonos que tenga. 

¿En qué consiste la luminosidad entonces? 

El tono o color de la piel depende fundamentalmente de su contenido en melanina y de la concentración de hemoglobina presente en los vasos sanguíneos. Así, cuando la luz incide sobre la piel, absorbe el color de la hemoglobina y la superficie cutánea refleja este color, que se percibe por transparencia. Cuando la circulación es óptima, dinámica, se percibe el tono rosado que proporciona un aspecto saludable, la conocida como «buena cara»; en cambio, si la microcirculación es menos eficaz, el color rojizo asoma en menor medida y la piel presenta un aspecto lívido y cetrino.



Pero la luminosidad también implica cierta dosis de resplandor, que depende del estado de la superficie de la piel. Cuando la capa más superficial de la piel, la capa cornea, es rugosa, está deshidratada o engrosada, la reflexión luminosa se dificulta y la superficie de la piel adquiere un aspecto mate y apagado.

Hay temporadas que por mucho que no te saltes ni un paso de la rutina "cuidados cosméticos", el aura es más costosa de conseguir....¿¿Por qué?? En la próxima entrada repasaremos los principales puntos que afectan al tono y al resplandor de la piel.

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