Las uñas nos protegen, ¿las proteges tú?

Las uñas protegen los extremos de los dedos de manos y pies y, participan en el tacto. Requieren la aplicación regular de una serie de cuidados y tratamientos específicos para mantenerlas sanas, funcionales y con la imagen de estética y pulcritud que se desea transmitir.

La fragilidad en la uñas afecta al 20% de la población, principalmente mujeres, que permanecen en contacto prolongado y repetido con agua y productos de limpieza, así como sometidas a manicuras inadecuadas o con uso de cosméticos agresivos. La consistencia de la uña va a ser alterada, pudiendo suponer el origen de infecciones y otras complicaciones posteriores.

La cutícula tiene una gran importancia y eliminarla conlleva muchos peligros. Centros de belleza acostumbran a extraer la cutícula, sin embargo, en este mismo acto se puede introducir un microorganismo que produce una inflamación periungueal.

Las LACAS no tienen porque dañar las uñas, aunque los QUITAESMALTES sí pueden hacerlo con el tiempo porque son abrasivos y alteran la brillantez. La acetona original ha ido dando paso a formulación con otros disolventes orgánicos (acetato de amilo, acetato de etilo, estearato de butilo, butirolactona..). Cumplen la misma función pero sin causar amarilleamiento de la placa ungueal.

Para mantener unas uñas sanas y bonitas es necesario una buena alimentación, lavarse las manos con agua y jabón todos los días, evitar el tabaco porque pigmenta las uñas y acudir al dermatólogo en cuanto se observe en ellas alguna alteración de color o forma.

En cuanto a la moda de secar el esmalte de uñas con lámparas UVA para la manicura semipermanente,  dermatólogos afirman que favorecen a la larga la incidencia de cáncer de piel en los dedos y favorece el fotoenvejecimiento.

Expertos aclaran que las mujeres que se ponen "uñas de gel" ocasionalmente, no deben de preocuparse, pero aquellas que lo hacen frecuentemente deben ser conscientes de los riesgos potenciales.

Recomendaciones generales sobre el uso de manicura:

• Prestar atención a las uñas y permitir que recrezcan y se reparen. Plantearse usar la manicura semi permanente solo de forma ocasional y no cada dos semanas, para disminuir las consecuencias y el trauma "físico y químico".
• Aplicarse protector solar en las manos para minimizar el daño de las lámparas UVA que se utilizan durante la manicura.
• No permitir que retire las cutículas, porque incrementa el riesgo de inflamación e infecciones, además de secar la uña.
• Si se experimentan problemas en las uñas, optar de forma definitiva por el esmalte tradicional frente al de gel.
• Hidratar las uñas varias veces al día.
• Limar las uñas siempre en la misma dirección desde fuera hacia dentro. Evitar limar siguiendo un movimiento hacia delante y hacia detrás.
• Evitar aquellos cosméticos que sean posibles desencadenantes. Lacas y esmaltes con alto contenido en disolventes, quitaesmaltes con disolventes como la acetona, productos para eliminar la cutícula con hidróxido sódico o potásico y los esmaltes con formaldehído.

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