En verano, una de nuestras máximas es romper con las normas, las formalidades y las obligaciones. Buscamos la sensación de libertad absoluta. Pero a veces, este "dejarnos llevar" hace que se nos olviden cosas importantes para nuestro propio bienestar. Una de ellas, la higiene bucal.
¿Hubierais pensado que a parte de nuestra piel, nuestro cabello o nuestra espalda, nuestra boca es una de las más dañadas? El abanico es amplio: gingivitis, caries o alguna infección puede estar amenazando nuestra boquita.
Las infecciones
Este verano ha sido un caribe generalizado en toda España. Las altas temperaturas hacen que nuestra boca se vaya deshidratando y si no tomamos suficiente AGUA, la boca no saliva. A su vez, la saliva es la que protege nuestra boca de bacterias, así que puede aparecer la placa, enfermedades o problemas en las encías.
Las Caries
No nos lavamos los dientes tras las comidas, apenas usamos hilo dental y consumimos bebidas azucaradas, cafés, dulces, helados... Un gran aliciente para que las caries decidan instaurarse con nosotros.
Enfermedad periodontal
Comer mal y no estar suficientemente hidratado provoca que se acumule la placa dental y se inflamen las encías.
Halitosis
No comer adecuadamente, además de no lavarse los dientes y el consumo de bebidas alcohólicas así como de tabaco, ayudan a que aparezca el mal aliento.
Sensibilidad dental
Las bebidas y alimentos fríos o bebidas ácidas, debilita el esmalte de nuestros dientes.
Para evitar la aparición de todos estos problemas bucales no abandones nunca los buenos hábitos higiénico-sanitarios: pasta de dientes, interdentales y colutorios después de las comidas.
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